A pesar de que el Acuerdo está dirigido a apoyar a las familias mexicanas, el presidente Felipe Calderón omite medidas de apoyo directo que resultan urgentes para las mismas, como el congelamiento en los precios de productos de la canasta básica y en tarifas eléctricas, así como en el diesel para los sectores agropecuario y del transporte.
Por el contrario, privilegia a ciertos sectores de la iniciativa privada con los descuentos en energéticos; deja de lado el respaldo al campo como motor para reactivar el empleo y garantizar el abasto de alimentos a precios justos para la población; pone en riesgo los ahorros de los trabajadores al ampliar la capacidad de retiro de esos fondos en momentos que acumulan minusvalías, y mantiene intacto el excesivo gasto corriente del gobierno federal, criticaron especialistas.
La medida de congelar el precio de las gasolinas no basta, ya que ha sufrido 33 alzas consecutivas semanales, por lo que se requiere bajarlo. Los especialistas consideraron demagógico que se ofrezcan créditos a las familias de bajos ingresos para cambiar aparatos electrodomésticos, cuando el mayor porcentaje de sus percepciones lo destinan a la compra de alimentos o para el cuidado de la salud. La economía nacional, coincidieron, sólo podrá reactivarse con el fomento al empleo permanente y no temporal, así como recuperar el poder adquisitivo de la población. En su lugar, deja intactos a los sistemas financiero y bancario, a pesar de que ahí estalló la crisis actual y cuyas tasas de interés mantienen ahorcada a la gente.
Tampoco incluye medidas de austeridad para el gobierno, cuya burocracia vive en el limbo o en el cielo debido a que desde 2000 registra un crecimiento bestial en el gasto corriente. Asimismo, criticaron que el acuerdo no tiene medidas para fortalecer la economía rural, ya que sólo amplió en 10 por ciento los créditos para este sector, no se incluyeron más medidas para impulsar sus actividades.
“Volver a darle la espalda al problema alimentario y al campo demuestra la irresponsabilidad e insensibilidad de Calderón, pues el campo puede convertirse en un sector anticrisis junto con la infraestructura debido a la capacidad que tiene para generar empleos en el menor tiempo posible y al menor costo, absorbiendo a los trabajadores que queden sin empleo en otras ramas o los migrantes que regresen de Estados Unidos, además de aumentar de manera drástica la producción alimentaria y disminuir las importaciones de básicos, con lo que se frenaría la escalada alcista de los precios de la canasta básica”, expresó Víctor Suárez, de la ANEC.
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